Elegir bien unas gafas graduadas es fundamental. ¿Por qué? Porque tus gafas se van a convertir en un elemento imprescindible para hacer que tu vida sea más sencilla… o más incómoda. Unas buenas gafas graduadas deben conseguir que tu visión sea perfecta y que, al segundo de ponértelas, te olvides de que llevas gafas. Además, el efecto estético es también importante, incluso para aquellos que no le dan especial importancia. Lo cierto es que tener una buena imagen nos ayuda, y mucho, a sentirnos mejor y a causar una buena sensación.
Por todo ello, ahí van nuestros consejos para que puedas elegir unas gafas graduadas como te mereces:
- En primer lugar, confía en un profesional y asegúrate de que la medición de tu graduación es realizada con la máxima calidad y precisión. Para ello, es imprescindible contar con un buen equipo técnico, pero sobretodo, con un óptico que gradúe tu vista con profesionalidad y rigor.
- Una vez tienes ya tu graduación exacta, pide información sobre los diferentes tipos de lentes que se ajustan a tu patología: grosores, materiales, etc. Además, infórmate si necesitas un tipo de montura especial o, por el contrario, si puede valerte cualquier montura. En definitiva, busca un buen asesoramiento al respecto.
- Si las gafas graduadas las va a llevar un niño o, por ejemplo, te encantan los deportes, asegúrate de que eliges cristales con protección especial.
- Con todos estos aspectos claros, nuestro consejo es que eches un vistazo a todos los modelos que existan en la óptica: con moldura al aire, de pasta, metálicas, finas, gruesas,… y hazte una primera idea de qué tipo de gafas son las que más te gustan. Eso sí, no te cierres en banda, porque puedes llevarte grandes sorpresas. Tampoco te empeñes en llevarte las gafas de la modelo del anuncio… A todos no nos quedan igual las mismas gafas. Debes encontrar aquellas que te encajan a la perfección y se adaptan a tu personalidad.
- Llega la hora de probarte las gafas… y de dejarte asesorar. Cada rostro requiere unas gafas diferentes y son los expertos quienes podrán ofrecerte buenos consejos para ello. Aunque tú no lo veas claro al principio, pruébate todas las gafas que te recomienden. ¡Por probar que no quede! Y siempre ten claro que eres tú quien llevarás las gafas, así que tienes que estar totalmente convencido. Los demás te asesoran, pero tú eliges.
- Cuando te estés probando las gafas, fíjate en el puente, longitud de las patillas, anchura de las gafas y tamaño de los cristales. Las gafas deben adaptarse a tu rostro, a tu nariz, a tus ojos… Hay quien tiene la cara muy ancha y necesita gafas amplias. Y hay también quien tiene una nariz con un puente muy prominente y una cabecita pequeña… o ¡todo lo contrario! Por fortuna, todos somos muy diferentes: es la variedad de la vida y también su riqueza. El reto ahora es sencillamente encontrar las mejores gafas para cada uno de nosotros según nuestras características.
Más adelante, escribiremos un nuevo artículo con consejos prácticos para saber si unas gafas te sientan bien… o no. Pero de momento, esperamos de corazón que estos consejos te sean de utilidad. ¡Te esperamos!
Comentarios