Resulta casi imposible describir la experiencia que vivimos en la ciudad marroquí de Dakhla con la Fundación Cione Ruta de la Luz y el Grupo GN España. En apenas 5 días de intenso trabajo logramos realizar 400 revisiones auditivas y adaptar 82 audífonos. Pero los números se quedan muy, muy, muy cortos para reflejar las enormes sonrisas y emociones que se desataban en aquellas personas que, por fin, podían volver a oír y entender bien. Eso jamás se nos va a olvidar.
En el Sáhara hemos sentido que nuestra profesión cobraba una dimensión especial. Hemos podido ayudar a 400 personas con problemas auditivos que viven en un lugar donde el sistema de salud es totalmente insuficiente y la población se encuentra desasistida.
Emprendimos camino al Sáhara un día después de los atentados de París. El equipo lo formábamos mi buen amigo y audioprotesista Pedro Duc y la audioprotesista puertollanera Beatriz Camacho, con quien fue un placer trabajar.
En nuestra retina, quedarán para siempre la alegría de quienes volvían a oír. Son muchas las historias que recordaremos, como la de un pescador que se fue directo al puerto a buscar trabajo porque, ahora sí, podía escuchar las órdenes. O la de una niña que se puso a cantar… para escucharse. O la de una madre que escuchó llorar a su bebé por primera vez y no quería quitarse los audífonos ni para dormir.
Son historias que, sumadas a las que vivimos día a día aquí en Pamplona, nos hacen sentir felices por ver su alegría y saber que esas personas tienen nuevas posibilidades en sus vidas.
Es imprescindible que se les pueda realizar un seguimiento para que puedan conservar esa oportunidad. Y en ello, junto con la Ruta de la Luz y el Grupo GN España, seguiremos trabajando.
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